El nuevo modelo de turbina hecho en Chile, más eficiente que los aparatos de potencia similar hoy disponibles en el mercado, se encuentra en la antesala de su última fase de prueba, lo que en un año permitiría su comercialización. Se espera que esta innovación beneficie principalmente a la comunidad local y nacional.

En el Campo Experimental Maquehue de la Universidad de La Frontera, se realizó la inauguración de la turbina eólica de baja potencia creada íntegramente en la Universidad de La Frontera. Su presentación a la comunidad constituye un hito más del proyecto FONDEF “Optimización de curva de potencia de turbinas eólicas de baja potencia basado en un sistema mecatrónico de control de Pitch”, trabajo académico centrado en la generación de mayor energía a bajas velocidades de viento, perteneciente a un equipo multidisciplinario de investigadores de esta casa de estudios.

La iniciativa, desarrollada bajo la dirección del Dr. Renato Hunter y la codirección del Dr. Boris Pavez, reúne a investigadores del área de mecánica y eléctrica en torno al mejoramiento e incorporación de tecnologías en la misma turbina, la que en esta oportunidad integra un nuevo sistema de control de paso de pala, el cual permite ampliar el rango de operación de la turbina desde los 10 hasta los 25 m/s de velocidad, lo que se traduce en la generación de más energía a baja potencia.

Según indica el Dr. Hunter, “esta es la finalización de tres proyectos FONDEF en los que nos centramos en desarrollar una turbina eólica que nos va a permitir generar hasta 20 kilowatts de potencia nominal, dependiendo del viento existente en la zona donde vaya a estar instalada. Se trata de un trabajo realizado completamente en nuestra Universidad. La instalación y puesta en marcha de este tipo de tecnologías trae consigo múltiples beneficios a nuestro territorio, en el sentido de poder mejorar la calidad de vida de aquellas comunidades que hoy día no tienen el recurso eléctrico, proporcionando energía eléctrica limpia y sustentable”.

Cabe señalar que, a partir del uso de este tipo de energías renovables, una turbina de estas características (eólica y fotovoltaica) puede alimentar fácilmente a 10 casas, proporcionándoles la energía necesaria para la utilización de sus equipos domésticos, entre otras cosas.

PROYECTO 100% HECHO EN CHILE

Esta iniciativa reúne el trabajo de 10 años de investigación e incorpora diversas capacidades en la temática energética en la Institución, convergiendo en la propuesta académicos y administrativos de los departamentos de Ingeniería Eléctrica e Ingeniería Mecánica, hecho que fue relevado por el director de Innovación y Transferencia Tecnológica, Mg. Franklin Valdebenito: “esta línea de investigación tiene ese doble valor, que es un trabajo multidisciplinario desde el punto de vista de los investigadores, pero también apoyado por la Vicerrectoría de Investigación y Postgrado, la Dirección de Innovación y la unidad de Transferencia Tecnológica. En La Araucanía, la UFRO es un actor muy importante en el tema de la energía eólica, y el que tengamos las capacidades para trabajar con este tipo de tecnología de baja potencia, es decir, que requieren de menos viento, entrega múltiples áreas de aplicación como en la minería, cooperativas o lecherías, por lo que su potencial comercial es alto”, señaló el académico.

Parte de las innovaciones que incluye este proyecto es la incorporación de aspas de fibra de vidrio que dan vida y movimiento a la turbina, las que son capaces de acomodarse a la velocidad y dirección del viento. Víctor Poblete, gerente general de Engineering Composites, empresa asociada al proyecto, señaló: “como empresa, siempre hemos mirado la forma de trabajar de forma mancomunada, reuniendo al sector privado y las casas de estudios, para desarrollar tecnología y proyectos que a futuro puedan beneficiar al país. Hoy, tenemos un producto que ya está maduro, nos falta obtener la curva de potencia, requisito para poder pasar a la etapa comercial, pero estamos muy contentos de ya estar ad portas de pasar a esa etapa”.

De esta forma, la siguiente fase de la turbina eólica implica un periodo para realizar el empaquetamiento de los distintos sistemas incluidos en la misma y, posteriormente, una prueba de funcionamiento. “Vamos a probar cada una de las características y funcionamiento de la turbina a máximas exigencias para salir, posteriormente, al mercado. Esperamos en un año más poder salir al comercio con un producto totalmente viable para que sea utilizado por las comunidades rurales y también planteles agrícolas y forestales que no tengan el recurso eléctrico y, poder así, abaratar costos y mejorar la calidad de vida”, concluyó el Dr. Hunter.