Próximo a cumplir 50 años como funcionario de la Universidad de La Frontera, el académico del Departamento de Ingeniería Mecánica, René Cifuentes Bobadilla, fue premiado con la Medalla Trayectoria Académica 2018.
Si bien agradece este reconocimiento, dice no poder evitar preguntarse si es que él efectivamente merecía recibir esta distinción: “¿habré hecho todo lo que debería? No lo sé, he ahí toda una incógnita, por eso este premio lo recibo con mucha humildad y lo valoro de corazón”.
Justamente, esa humildad es una de las características que identifica a quien dice abrazar la ingeniería mecánica como profesión de manera fortuita. “Desde muy joven me atrajo la docencia, pero fue cuando cursaba quinto año de Humanidades que me ofrecieron hacer clases de castellano en una escuela para gente muy humilde, y fue precisamente ese momento en que despertó en mí el interés por enseñarle a otros. Por eso cuando terminé sexto año de Humanidades postulé al Bachillerato en Letras en la Universidad Católica y el Bachillerato en Matemática en la Universidad de Chile, pero me quedé con esta segunda opción”.
Por ese entonces, René Cifuentes residía con su familia en la ciudad de Valparaíso y al no quedar seleccionado en la carrera de arquitectura, decide trasladarse hasta Valdivia para estudiar mecánica en la sede que la Universidad Técnica del Estado. Dado que esa carrera contaba con pocos estudiantes, se terminó impartiendo sólo hasta el equivalente de lo que hoy es u segundo año. “Y como en Temuco estaba la Universidad Técnica del Estado con la carrera de mecánica completa, me vine y aquí obtuve mi título de Ingeniero de Ejecución en Mecánica”.
Una vez titulado, comenta que fue contratado un 1º de mayo de 1968 como docente de jornada completa en la sede Temuco de la Universidad Técnica del Estado y por un par de horas en la Universidad de Chile, “siendo estas horas de clases asignadas a la carrera de laboratorista químico, donde justamente tuve de estudiante al actual Rector de la UFRO, Sergio Bravo, entre otros ex alumnos que actualmente también dirigen la Universidad”.
ROL SOCIAL DEL INGENIERO
¿Por qué no estudió pedagogía? Es una pregunta que no supo responder cuando hacía clases en la escuela de Valparaíso y que 50 años después aún dice no tener respuesta. “Lo único que puedo decir, es que me gusta servir. En el colegio en que estudié me enseñaron eso y yo tengo que hacerlo a través de lo que recibí y he tratado de actuar como mis maestros y mis padres fueron conmigo. Siempre cercanos y preocupados, siempre apoyado por ellos. Entonces uno ve aquí a estudiantes que no tienen esa relación con sus padres y sienten confianza en mí para contarme sus problemas e inquietudes”.
Esa empatía y calidez, especialmente hacia sus estudiantes es una de las principales características por la cual es reconocido en la comunidad universitaria, y por lo que no duda en decir que “falta humanizar” más la actividad de la ingeniería.
“Al profesional de esta área se le ha considerado como duro e insensible, especialmente al mecánico, porque lo asocian con motores y fierros, pero yo siempre busqué una forma de desmarcarnos de esta idea y así visualicé que a través de la línea energética -hidráulica, solar- podía contribuir a mejorar la calidad de vida de las personas, sobretodo de las que habitan las zonas rurales”.
En este mismo sentido, dice que “en estos 50 años, siempre me ha preocupado el que no tiene, el que está desvalido, el que tiene problemas y una de las funciones de la universidad, a través de sus programas de ingeniería debiera ser esa, inculcar tempranamente en los futuros ingenieros esa inquietud y responsabilidad social. Ese trabajo se hace, pero no con la intensidad que debiéramos”.
No desconociendo que en su línea de especialización se implementan, por ejemplo, grandes proyectos energéticos, “estos no suelen beneficiar a toda la comunidad, eso me preocupa, ver que aún hay familias sin electricidad en sus hogares cuando por sobre sus casas pasa un gran cableado para llevar muy lejos la electricidad”. Por lo mismo, es enfático en decir que el trabajo de un docente universitario debe trascender lo académico. “Nosotros tenemos que ir más allá, yo no me puedo quedar contento sólo con pasar contenidos, tengo que ir más lejos, tengo que preocuparme del estudiante que peregrina en busca de alguien que lo escuche y, lamentablemente, a veces nadie lo escucha”.
TESTIGO PRIVILEGIADO
Adscrito a uno de los departamentos más emblemáticos de la UFRO, René Cifuentes ha tenido el privilegio de ser testigo de su crecimiento y posicionamiento nacional como internacional, sintiéndose orgulloso de haber podido contribuir a ello.
“Llegué a esta Facultad cuando solo tenía cuatro carreras y pocos alumnos, por lo mismo, para mí es muy grato haber contribuido a hacer Universidad y más aun verla crecer, es más, puedo señalar que para mí es un verdadero milagro haber visto como, en 50 años, pasamos de tener prácticamente unos caseríos a estos edificios, que son una cosa magnífica y que a uno le asombra y a la vez, agradece.
Asimismo, recuerda con gran cariño a todos los docentes de su generación, al grupo de colegas con los que empezó a sentar las bases de lo que hoy día es el Departamento de Ingeniería Mecánica y con los cuales le hubiese gustado haber podido recibir, en el proscenio del aula magna, esta medalla a la trayectoria.
Siendo su norte principal la formación y bienestar de sus estudiantes, el René Cifuentes se prepara para su desvinculación institucional el próximo 27 de julio, esperando mantener el vínculo y cercanía con la Universidad y su entorno.
Casado hace casi 50 años, padre de tres hijos -de dos varones y una dama- y abuelo de seis nietos, cuyas edades fluctúan entre los 23 y los dos años, este porteño de corazón, tras titularse como Ingeniero de Ejecución Mecánica cursa un Magíster en Ingeniería en la Universidad Técnica Federico Santa María, especializándose en Turbomáquinas y Plantas de Fuerza.
Posteriormente, obtiene el título de Ingeniero Mecánico en la Universidad Austral de Chile, cursando luego en la Universidad de Saint Gallen, Suiza, un postítulo en Turbomáquinas que le permitió especializarse en micro centrales y centrales hidroeléctricas de mediana potencia.
A su haber, cuenta con cursos de doctorado en la Universidad Politécnica de Madrid, restándole sólo la tesis final.
Su trayectoria profesional incluye, dentro de otros diversos, trabajos para la Comisión Nacional de Energía y ha ejercicio libremente su profesión.
Como funcionario de esta institución, le tocó asumir el cargo de director del Departamento de Ingeniería Mecánica, integrar la Junta Directiva de la Universidad de La Frontera, representar a la Facultad de Ingeniería y Ciencias ante el Comité de Ética de la Universidad y por varios periodos ser miembro de la Comisión de Nombramientos y Promociones de la Universidad de La Frontera.
En materia de investigación, centró parte de su quehacer en el desarrollo regional a través de la utilización de energías renovables no reactivas “cuando aún nadie hablaba de ellas”- explica- y es así como llevó a cabo diferentes trabajos y estudios que derivaron en publicaciones, donde se da cuenta de la construcción de pozos sellados de acuerdo a normas, la instalación de microcentrales hidroeléctricas y uso de energías renovables en beneficio del desarrollo rural, entre otros temas.